En el contexto de nuestras reflexiones en el Año Ignaciano, realizamos el jueves 12 de agosto una charla con el Capellán de la Parroquia Santa Cruz, Pedro Labrín sj. En ella reflexionamos acerca de la herida de San Ignacio, y la relación que tuvo esta etapa de su Conversión con lo que estamos viviendo hoy en nuestras vidas.
Pedro Labrín sj explicó que Ignacio se vio forzado a hacer un reposo largo y obligatorio por la herida sufrida en batalla, y del mismo modo nosotros lo hemos tenido que hacer por la pandemia, que además nos reveló la herida que le hemos causado al planeta.
A partir de esto, planteó el concepto de “crisis de reposo”, situación que muchas personas han vivido en estos tiempos. Expresó que debemos tener esperanza de que todos los períodos difíciles, aunque puedan ser largos, finalmente pasan, así como pasó para San Ignacio.
También reflexionó que las heridas de nuestras vidas tienen una línea común que nos cuesta reconocer en nosotros mismos, la cual es el elemento de la vulnerabilidad, explicando que nos cuesta verlo porque lo identificamos con debilidad. Destacó que San Ignacio nos enseña que son conceptos diferentes, la debilidad es ese miedo paralizante, mientras que la vulnerabilidad es sentir debilidad, pero a pesar de esta, levantarse y seguir caminando. Terminó diciendo que es este aspecto (vulnerabilidad) de la herida, el que nos permite reconciliarnos con nosotros mismos y salir al encuentro del otro.
Finalizó el encuentro con ejemplos positivos de vulnerabilidad en su parroquia y con un diálogo abierto entre todos los participantes.
Agradecemos la disposición que tuvo Pedro Labrín sj por acompañar y dar luces nuevas de esta etapa de la conversión de San Ignacio a nuestra comunidad.